Querida madre:
Hoy he experimentado por primera vez aquel sentimiento parecido al enfado del que te hablé en mi primera carta: indignación. Y es que las amables personas humanas de Camp de Morvedre me han invitado a conocer la “Asamblea de afectados por las hipotecas imposibles de pagar”. Aquí las hipotecas no son esos monstruos de siete cabezas de la galaxia Hipo que se comen crudas a las habitantes de nuestro planeta, aquí son algo bastante peor.
No te voy a explicar lo que es una hipoteca terrícola porque estas cartas se están publicando en el blog de “Toma la plaza Morvedre” y la gente de la tierra ya sabe lo que son, pero puedes buscarlo en algún servidor interplanetario. No, tampoco voy a explicarte lo que es un blog.
Pues verás, en la Tierra cuando un ser humano no puede pagar una hipoteca, no sólo le quitan la vivienda como en otros planetas que conocemos, la cosa es mucho más sangrante. Los hipotecadores tasan el valor de la propiedad en base a unos parámetros que ellos se inventan y le hacen a la persona desahuciada pagar la diferencia. O sea, que no sólo los dejan en la calle sino que encima tienen que seguir pagando.
Pero cuando los hipotecadores, también llamados bancos, no pueden pagar algo, los Gobernantes se encargan de abonar su deuda con el dinero de todas las personas españolas, incluidas las que se han quedado en la calle y tienen que seguir pagando a los bancos. Es que en el Planeta España basta informarse un poco de cómo funcionan las cosas para experimentar ese sentimiento que se llama indignación.
Pero lo que te voy a contar a continuación no es indignante es, como dicen en la Tierra, lo siguiente. Si no entiendes algunos de los términos que voy a utilizar, puedes buscarlos en Internet (yo también he tenido que hacerlo).
Uno de los hipotecadores de los que te hablaba antes que se llama BBVA, tiene un pseudónimo bajo el cual se dedica al negocio inmobiliario. Tienen en manos un proyecto en Sagunt con el cual esperan ganar muchos euros, entre lo que le saquen a las personas que puedan pagar sus hipotecas y los pisos que se queden de las que no puedan hacerlo.
Pues en medio del terreno que tienen previsto plagar de edificios (algo que no entiendo pues en la localidad hay diez mil viviendas vacías y doce mil proyectadas) vive una mujer de unos setenta y nueve años, el equivalente en nuestro planeta a la friolera edad de doce. Imagínate, una señora como la abuela.
Esta mujer se llama Aurelia Gamoto y vive en la misma casa desde hace cuarenta y tres años terrícolas. Pero como en el Planeta España el dinero cuenta más que las personas, los hipotecadores se han propuesto echarla para destruir su casa y construir otras con las que hipotecar a otros seres humanos. Pero como también están implicados los gobernantes de la municipalidad, los cuales no se pueden permitir perder votos, no la pueden echar como al banco le gustaría, no puede parecer que están dejando en la calle a una anciana desvalida. Así que le dan por su casa treinta y seis mil euros, lo que en nuestro planeta sería una cantidad aproximada de “una indemnización de mierda”. Todo lo que pide la mujer es que, ya que le quitan su casa, le den otra. ¿No es para indignarse?
Así que, invitadas por las amables personas de la “Asamblea de afectados por las hipotecas imposibles de pagar”, las personas de Toma la Plaza Morvedre han decidido acudir a un acto de protesta organizado por las primeras. Yo voy a asistir con ellas, no es porque mi astronave siga sin combustible, es que estoy indignado y no se me quita.
Así que, si quieres coger tu astronave y venirte con nosotras, nos vemos el jueves 9 de junio a las 10:00 horas en la puerta de la oficina del BBVA de la Avenida Nou d´octubre de Sagunt. Eso sí, tienes que venir indignada pero en son de paz, no vayas a traerte el desintegrador de partículas.
Un abrazo interplanetario
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