La Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del 13 de marzo de 1.986, siguiendo líneas marcadas por las resoluciones de 1.979 de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el “Código de conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley” y de la Asamblea General de las Naciones Unidas en su “Declaración sobre la policía” establece que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley actuarán en el ejercicio de sus funciones rigiéndose por los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad en la utilización de los medios a su alcance. La actuación de los Mossos D´Esquadra en el desalojo de la acampada de Barcelona no ha sido ni congruente, ni oportuna ni proporcional.
Asimismo, el artículo quinto de la citada ley establece que los funcionarios no estarán sujetos a los principios de jerarquía y subordinación cuando las órdenes que reciban entrañen la ejecución de actos que manifiestamente constituyan delito o sean contrarios a la Constitución o las leyes.
Por otro lado, el artículo 21.1 de la Constitución Española, norma suprema del Estado Español, “reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas”. Añadiendo que “el ejercicio de este derecho no necesitará de autorización previa”.
Esta mañana se ha detenido en Barcelona a dos personas pero quienes realmente estaban incumpliendo la ley eran los agentes que se han ensañado con una masa pacífica y los gobernantes que han ordenado la desproporcionada, incongruente e inoportuna carga policial.
Quiero manifestar mi apoyo y mi gratitud a los compañeros y compañeras que han sufrido esta mañana los golpes de las porras en nombre de todo un movimiento social del cual formo parte.
Y ya que hemos decidido atenernos a la ley, amparémonos en ella, denunciemos en juzgados y comisarías todos los abusos policiales de los que podamos ser víctimas.
Por último, quiero invitar a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a que demuestren el valor que han tenido esta mañana los compañeros y compañeras de la acampada de Barcelona y se empoderen para plantarse antes sus jefes y decirles que su labor es hacer cumplir la ley y que no están dispuestos a obedecer órdenes ilegales, especialmente cuando se trate de agredir a una ciudadanía pacífica.
Ángel Tiolino
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