martes, 15 de noviembre de 2011

20-N: LA FIESTA DE LA...PLUTOCRACIA

REFLEXIONES ANTE EL 20 N



El movimiento 15 M se caracteriza por su heterogeneidad y entiende esta diversidad no como una debilidad, sino como una riqueza. Contempla la búsqueda del consenso, en sus asambleas, como un camino para dar mayor solidez y fuerza a las ideas compartidas. Por ello, defiende la libertad de conciencia como un derecho inalienable de toda persona.

No obstante, considera oportuno hacer la siguiente reflexión sobre la próxima convocatoria electoral del 20 de noviembre:

Queremos denunciar las injusticias del sistema que ellos denominan democrático y que nosotros consideramos que no lo es:

Todas las ideas no tienen las mismas oportunidades de verse reflejadas en las urnas, puesto que los partidos sistémicos cuentan con el apoyo de las instituciones del estado y de los medios de comunicación de masas, poseídos de una manera casi completa, y en la práctica excluyente, por el grupo dominante, enriquecido gracias a la explotación de los dominados y a la apropiación del trabajo ajeno. Esto supone que mientras unos tienen su voz amplificada, otros la tienen silenciada, dejando de esta manera herida de muerte la libertad de expresión. Comprobamos, con sorpresa, que ni esto les basta, pues ejercen la represión contra aquéllos colectivos que, aun con limitados medios, intentamos expresar ideas diferentes a las suyas.

La explotación a la que someten a la clase trabajadora genera un reparto de la riqueza injusto, que excluye de lo básico a numerosas personas: no sólo de un mínimo vital y del acceso a la vivienda, sino también al derecho a la educación, a la cultura, a la formación… Buscan alienarnos para que no seamos capaces de defender nuestros derechos e intereses de una manera consecuente.

Si atendemos a las políticas que han llevado a cabo los diferentes gobiernos (que no han tomado medidas para redistribuir más equitativamente la riqueza), desde la muerte del Dictador, todas las elecciones han sido ganadas con diferentes siglas por la derecha, lo que induce a pensar que sólo recuperamos una democracia formal y vacía. Las cosas no ocurren por casualidad sino por causalidad. No ganan porque sus ideas sean mejores, sino porque el sistema les da ventaja.

Blindan el sistema con leyes electorales que dificultan a los partidos minoritarios hasta incluso presentarse a la cita electoral, con listas cerradas, que consagran la partitocracia y con la no asunción del mandato imperativo, de tal manera que pueden hacer cualquier promesa al pueblo a sabiendas de que quedarán impunes ante el incumplimiento.

Muy consciente de formar parte de un engranaje mundial, la oligarquía que gobierna el Estado español, se muestra sumisa con las exigencias de los poderes financieros internacionales, aunque eso suponga adoptar medidas extraordinariamente lesivas para trabajadoras y trabajadores, demostrándose así una vez más que este sistema no defiende la soberanía popular, sino que la usurpa.

Una vez en las urnas, los votos se mezclan, y una vez contados, todos han adquirido la misma apariencia de legitimidad. Pero, para nosotros, nunca tendrán legitimidad aquéllos que explotan, oprimen y, desde sus medios de comunicación, manipulan y engañan. No nos representan, ni nos representarán después del 20 N. Sigamos tomando las plazas y las calles hasta la victoria final.

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